miércoles, 8 de marzo de 2017

EL RETO DE LA MUJER VENEZOLANA

Ciertamente el 8 de marzo se festeja con mucho sentimiento Universal el día Internacional de la Mujer, pero cuando hacemos una mirada retrospectiva de lo que la mujer y sus luchas han conquistado es sencillamente fascinante, con lo cual se afianza el hecho que no existe espacio o logro alcanzado sin que haya sido precedido por una imbatible y perseverante lucha de la mujer y sus espacios, que han costado vidas, torturas y cárcel.

De las más variadas características y culturas, todo, todo, absolutamente todo lo que hemos alcanzado nos ha costado sangre, sudor y lágrimas.

La historia esta ahí y puede ser leída y repasada mil veces, y nos llevará a inferir por las difíciles circunstancias por las que atraviesan las mujeres en diferentes países del mundo, donde hay aun mucho por que luchar y conquistas que alcanzar.

La mujer Venezolana no escape de esa realidad, sin dejar de reconocer todos los avances y logros también emprendidos.

Ahora bien, estos tiempos revolucionarios han significado para la mujer un atrasado en la esencia cualitativa de su vida y su entorno, pues nunca antes ha sufrido más, y nunca antes ha visto sufrir y tenerse que separar de todo lo que significan sus querencias y posibilidades de bienestar

Lo verdad del entorno perverso que rige a la mujer venezolana en los actuales momento en una tragedia en toda su dimensión. Solo miremos que se levanta muy temprano en la mañana para medio cocinar y medio conseguir agua, hasta luz, si hay, para cumplir con el mínimo de obligaciones hogareñas. Y luego prepararse a ver si el niño puede ir a estudiar o a producir para comer. Probablemente, despedir a su pareja o hijo mayor sin saber si la delincuencia se los devolverá con vida.

Y en medio de ello, la presión de tener que definir qué comerá, qué conseguiré para poder comprar o cuál de sus hijos comerá. Pero aun falta en este escabroso recorrido imaginarnos a esa madre que recorre los hospitales en busca de la mejoría de algunos de los suyos.

Es la mujer venezolana la que ha tenido que enfrentar la muerte, la hambruna y el desabastecimiento de medicamentos, es ella la que ha dado la cara.

Pero qué decir de esa mujer que ha tenido que recorrer las morgues y cárceles de este país, en la defensa de ese cuerpo muerto o maltratado por el abuso de Poder que impera en estos tiempos revolucionarios.

No perdamos de vista a esa mujer que llora en los aeropuertos, despidiendo a los hijos o seres queridos, que en busca de mejores destinos se separan de los suyos.

¿QUÉ CELEBRAMOS HOY LAS MUJERES VENEZOLANAS?

El hambre la violencia y las enfermedades que enfrentamos día a día, atacan la integridad de lo más importante que tenemos las mujeres: la familia. Esta revolución se ha caracterizado por hacer poco o nada en su defensa mujer y en defensa de la familia; para esta revolución la familia no es la prioridad, ya lo ha alertado en varios documentos la Conferencia Episcopal Venezolana.

Las venezolanas estamos obligadas a asumir la modernidad con toda su complejidad. Nuestra lucha es recuperar para nosotras mismas y para nuestras familias la Paz y la Calidad de Vida que nos han robado. Recuperar el derecho de sencillamente poder envejecer con cierta dignidad y entre nuestros seres queridos

Tenemos el deber como nunca antes, al igual que las mujeres de esa fábrica que con sus vidas dieron pie a esta celebración, en medio de las vicisitudes, a cambiar esta triste realidad y este devastador porvenir por uno mejor. Unamos nuestros sueños y nuestros esfuerzos por cambiar esta realidad.

El futuro de nuestra Patria, de la Venezuela por venir, necesita como nunca antes nuestra mayor presencia, rostros que garanticen lo que a nuestros hijos les despojan hoy. Mucho por conquistar y poco que celebrar como mujer.

Iraida Villasmil
8-Mar-2017